LA MUJER EN LA COLONIA SEMANA 9
Se convirtieron en protagonistas como negociadoras políticas; mediadoras de conflictos; comandantes y dirigentes de batallas; combatientes (generalmente disfrazadas de hombres); consejeras intelectuales; estrategas políticas y militares; propagandistas y también en roles tradicionales como cocineras, lavanderas
- La mujer de la elite
El consenso respecto de que las mujeres debían circunscribir sus intereses al ámbito de la familia y el hogar, no experimentó grandes cambios durante la transición al siglo XX. Las mujeres de elite estaban relegadas del ámbito político, distantes del incipiente ingreso femenino a la universidad y más aún del trabajo asalariado. Sin embargo, aunque las mujeres de alcurnia se desenvolvían en espacios más íntimos, esto no las privó de socializar con sus pares ni de cultivar su imagen.
El cuidado y educación de los hijos, y la dirección de los asuntos domésticos, eran tareas consideradas naturalmente femeninas. Ser buena madre y esposa constituía un deber social, que se sostenía en la presunta, la virtud de las mujeres. Esta virtud era fundamental para asegurar las relaciones armónicas entre los esposos y alejar las conductas viciosas del seno del hogar.
Las actividades religiosas y caritativas de las mujeres de elite sustentaban aquella virtud. En forma individual o familiar, las oraciones eran un componente central de la rutina diaria de las residencias aristocráticas. Las mujeres en particular, tenían la intransferible misión de conservar la tradición religiosa y adoctrinar a los hijos en la fe.
- Mujer mestiza
- Mujer indigena
- Mujeres esclavizadas
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