EL PROCESO DE INDEPENDENCIA POLITICA SEMANA 10
El proceso de independencia política hace referencia a todos los movimientos que buscaron tener poder y autonomía sobre todos los aspectos de sus territorios y naciones que, hasta entonces, eran gobernados y dominados por una fuerza externa que se apodero de tierras que no eran suyos para explotar sus recursos y controlar y administras sus economías, generándoles impuestos e imponiendo leyes a favor de quienes gobernaban.
En este caso, el Imperio Español fue el que domino gran parte del territorio americano, y gobernando en nombre de la Corona, ejecutaba y dictaba leyes que solo beneficiaban a los españoles, dicho esto y luego de tres siglos de mestizaje, los llamados blancos criollos (descendientes de españoles) se cansaron del menosprecio que recibían, ya que no podían participar en las decisiones políticas ni optar por altos cargos, a pesar de tener la preparación necesaria, y se inicio un desprecio a la concepción de ser una colonia, idea que junto a los problemas e intereses económicos, desencadenaría movimientos independentistas en la región.
Este fue un proceso lento y difícil porque se inicio de manera tardía en comparación a otros eventos alrededor del mundo, siendo influenciado por la revolución francesa y la independencia de los Estado Unidos, así como las transformaciones que se estaban desarrollando en los mercados económicos a nivel mundial, orillaron a que se buscara la independencia y autonomía nacional, para tener una liberación económica que les permitiera participar en el nuevo mundo.
Otro detalle importante, es que dicho proceso de independencia fue diferente en cada virreinato, y las luchas que estos protagonizaban era mediante caudillos que podían enfrentarse entre si por el poder.
Durante la primera mitad del siglo XIX, hubo una crisis que produjo la desorganización del orden económico monopólico de España y Portugal.
En el mismo periodo de tiempo, los capitalistas empezaron a demandar la producción de materias primas y alimentos, para lo cual se necesitaba capital, mano de obra y tierra para que la exportación latinoamericana se adecue a los requerimientos metropolitanos. Para impulsar cambios beneficiosos, los nuevos países llevaron a cabo reformas liberales porque porque la iglesia era propietaria de tierras que no se podían ni comprar ni vender. Con la reforma los gobiernos se apropiaron de las tierras de la iglesia y de las comunidades indígenas.
Los países no industrializados (latinoamericanos) se incorporaron al mercado internacional como periferias capitalistas.
Los países centrales vendieron tecnologías y colocaron préstamos de capital. Las sociedades centrales compraban a las sociedades periféricas materias primas de origen vegetal, mineral y alimentos
A partir de mediados del siglo XIX, se instalaron vías ferroviarias, proporcionando incontables ventajas, entre las que se pueden nombrar mayor rapidez y fluidez en el intercambio comercial, industrial y cultural de los pueblos. En Latinoamérica, se firmó un trato con Europa, y desde entonces los productos extranjeros exportados fueron transportes, maquinarias, metalurgias, combustibles y repuestos.
En algunas sociedades latinoamericanas, los capitalistas locales poseían recursos políticos y económicos necesarios para poner en marcha las producciones que demandaban los centros capitalistas. Esos recursos de poder eran el control sobre los territorios, el capital y la tecnología necesarios para explotarlos. En otras sociedades no contaban con los mismos. Esto dio origen a la “economía de control nacional” y la “economía de control de enclave”.
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